jueves, 13 de noviembre de 2014

RELATOS DE TERROR

RELATOS DE TERROR SELECCIONADOS DEL ALUMNADO DE 2º DE LA ESO:

EL CABALLO MISTERIOSO

Esta historia ocurrió hace unos trescientos años, en un cementerio abandonado y oscuro, al que sólo iluminaban varias velas distribuidas por las lápidas.

Un grupo de niños visitaron un día el famoso cementerio y escucharon una voz tenebrosa que les decía: “¡Fuera de aquí, este es mi cementerio!”. Los niños pasaron mucho miedo, pero pensaron que sería una broma pesada y continuaron allí. Poco a poco, fueron desapareciendo niños; las únicas pistas eran manchas de sangre en el suelo y huellas de caballo. Asustados, vieron aparecer, de pronto, un terrible caballo al que se le veían los huesos: tenía los dientes afilados y los ojos rojos. Salieron todos corriendo, pero ya no tenían escapatoria. En un rincón, abandonadas, encontraron las cabezas de sus amigos desaparecidos. Estaban desesperados, pero no consiguieron huir: el caballo los alcanzó y se los comió.

Desde entonces, los fantasmas de los niños aparecen todas las noches en el viejo cementerio, sirviendo al caballo misterioso.
Realizado por: José Manuel Barros Flores, 2º ESO


LA NIÑA DEL TRAJE BLANCO

Esta historia ocurre en una casa apartada, situada en un pueblo de Málaga llamado Campanilla; en este pueblo, en un gran edificio, vivían, muy solos, una niña y sus padres. Un día, la niña se puso enferma y, a pesar de las atenciones y cuidados recibidos, no logró recuperarse y murió. Sus padres, muy tristes, se fueron a un país lejano, y le dejaron su casa a una familia del pueblo para que pasara los fines de semana.

Durante las noches, en el antiguo edificio se escuchaba la voz de la pequeña y la habían visto aparecer vestida con un traje blanco. Para que su espíritu descansara en paz, la familia dejó la casa. Pero no lo consiguieron: todas las noches de luna llena, la niña sale a contemplarla como lo había hecho siempre con sus padres.

Un día entró un chico para ver qué había en la casa, pero nunca más volvió a salir. Y ahora nadie se acerca por allí. Algunos dicen que siguen viendo a la pequeña, los días de luna llena, asomada a su balcón.

Realizado por: Antonio Franco Chaparro

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